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TLALMANALCO DE VELÁZQUEZ

El pueblo de Tlalmanalco de Velázquez es de población mixta urbana y rural), ya que la cabecera municipal se encuentra los edificios más representativos e importantes del municipio después de la conquista entre ellos la capilla abierta que data del año 1536, en sus alrededores las delegaciones se encuentran en zonas de labranza de tierras ejidatarias que antiguamente fueran los territorios de la cultura natal los Nonohualcas. Los orígenes del municipio de Tlalmanalco de Velázquez se remontan a la época prehispánica descendientes de la cultura Tlacochalca.

Limita al norte con los municipios de Chalco e Ixtapaluca, al sur con Amecameca y Ayapango, al poniente con Cocotitlán, Temamatla y Tenango del Aire y al oriente con el municipio de Huejotzingo del estado de Puebla. Este municipio se encuentra en las proximidades del volcán Iztaccíhuatl, Ahí también se localizan el cerro denominado El Faro y el río Apipitza proveniente de los deshielos del Iztaccíhuatl. Sus delegaciones son: San Rafael, San Lorenzo Tlamimilolpan, Santo Tomás Atzingo, Santa María, San Antonio Tlaltecahuacán y una cabecera municipal Tlalmanalco de Velázquez.


El tenayo y la cueva encantada


La siguiente historia tiene lugar en un paraíso terrenal de extensos bosques de coníferas y una población animal variada, este lugar es  llamado Tlalmanalco de Velázquez, y se ubica en el oriente del estado de México, en éste municipio existe un cerro llamado el “tenayo”, sobre éste cerro se conocen diversas historias sobre su origen geológico,  y algunas  leyendas de cuevas encantadas, entre otras.
                El cerro del tenayo es considerado un patrimonio nacional, y el Instituto Nacional de Antropología e Historia lo tiene relacionado como dominio histórico, además de que el cerro del tenayo es el símbolo de la cultura de los habitantes de Tlalmanalco. El cerro está compuesto en su mayoría por material pétreo que utilizan en el asfalto, unas personas dicen que es una chimenea volcánica que se originó de la expulsión y acumulación de ceniza volcánica. Otra versión es que debajo del cerro del tenayo existe una vena de mar, mientras que por otra parte afirman que se trata de un volcán inactivo.
                Al realizar la recopilación de leyendas me encontré con dos leyendas diferentes del tenayo y procederé a contarles la que me pareció más interesante.
                Este relato fue contado por la señora Rosa habitante de Tlalmanalco, ella recuerda que cuando era muy pequeña su padre le contaba que el cerro del tenayo estaba encantado, su padre le contó la historia de un vecino  que habitaba en esa zona antes de que se construyeran las unidades habitacionales.
El señor  humilde de nombre Gelasio sembraba su maíz en la parte más baja del cerro del tenayo por o cual todos los días iba y venía de sus tierras, una tarde don Gelasio subió al cerro en busca de unos palos para sostener su casa ya que en la parte alta se encontraba los árboles más grandes, al encontrar el árbol adecuado prosiguió a cortarlo y a llevarlo de bajada. 
Ya en el camino de bajada Gelasio observó un movimiento extraño entre los árboles y al acercarse vio  que se trataba de una cueva que antes no estaba ahí, al llegar a la cueva vio que en su interior había una tienda y quedo muy sorprendido, de pronto se le acercó un tipo y le dijo que tomara lo que necesitara y se retirara, ya que era gratis pero que si volteaba le cobrarían todo. Gelasio sin malicia tomó unos panes y un poco de agua, se dirigió a la salida y sin voltear salió sin ningún problema, tomó sus palos y se fue, al llegar a su casa se encontró con una gran sorpresa pues uno de los panes que no se comió se convirtió en una moneda de oro. Al otro día volvió al mismo lugar pero ya no estaba la cueva, Gelasio subió por varios días sin poder encontrar nada. Fue entonces que le contó a uno de sus amigos lo que le había ocurrido y le mostró la moneda de oro, también le contó que para el siguiente año iría de nueva cuenta para ver si encontraba nuevamente la cueva.
Al año siguiente el amigo codicioso quiso ser el primero en encontrar la cueva, y planeaba espiar a Gelasio para darle un balazo y quedarse con el oro.  El día tres de mayo  fue cuando por fin el día llegó. Cuando Gelasio estaba por llegar a la cueva salió su amigo apuntándole con su rifle, una vez sometido lo amarró en un árbol y su amigo entro a la cueva. Durante algún tiempo estuvo muy asustado porque talvez al salir de la cueva  lo matarían. Pero Gelasio luchó por desamarrar los nudos que lo ataban de manos y pies hasta que lo logró. Al lograr zafarse de aquellos  amarres regresó a su casa de inmediato y no le contó lo sucedido a nadie.
                Nuevamente pasó un año, en esa tarde Gelasio llegaba de sus tierras, con sus animales y en la puerta de su casa estaba un señor de edad avanzada, a lo que se quedó muy sorprendido ya que nadie iba a visitarlo, desmontó del caballo y se dirigió a su puerta, cuál sería la sorpresa ya que ese anciano era el amigo que lo había traicionado y casi matado un año atrás. Aquel anciano le contó que entró y trató de cargar lo que más pudiera pero cuando iba de salida escuchó una voz de mujer que lo llamaba por su nombre y tiró las cosas al voltear tan rápido, las junto y salió. En cuanto salió se dio cuenta que todo había cambiado incluso él que había envejecido veinte años sin ninguna explicación. El anciano le pidió perdón y se marchó sin más. Gelasio jamás volvió a entrar a esa cueva y a su amigo anciano lo juzgaron de loco cuando contó lo que había sucedido en la cueva  ya que no tenía ninguna prueba de lo que decía. Esto afirma que hay tesoros que es mejor nunca encontrar y que la codicia es un mal compañero.
Cabe mencionar que actualmente el cerro del tenayo se encuentra en peligro debido a intereses personales y a la sobre explotación del material pétreo  con el cual está formado en su totalidad. El pasado 19 de septiembre del 2017 sufrió un deslave debido a un temblor lo cual a  reducido su tamaño aún más. 











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